09 mayo 2023

Lavado de manos quirúrgico

 La higiene de manos ya surgió en el siglo XIX, siglo en el que se demostró que las soluciones cloradas podían utilizarse como desinfectantes y antisépticos. Esta medida sanitaria tan básica, logró reducir el índice de morbimortalidad. Fue en 1985 cuando el CDC pautó esta práctica en los hospitales, donde se incluía el uso de jabón microbiano antes y después de procedimientos invasivos o de tratar a pacientes de alto riesgo.

 El lavado de manos, ya sea rutinario o quirúrgico, consiste en la frotación vigorosa de manos y antebrazos previamente enjabonados, aclarado con abundante agua y secado. En este caso, nos centraremos en el lavado de manos quirúrgico. El objetivo del lavado de manos quirúrgico es reducir la flora bacteriana de manos y antebrazos para que queden quirúrgicamente limpias aunque no estériles. De este modo, conseguiremos un alto grado de asepsia y evitaremos infecciones cruzadas o nosocomiales. Este proceso tendrá una duración mínima de 5 minutos.

 A diferencia del lavado de manos rutinario, el quirúrgico requiere composiciones jabonosas con antisépticos como la povidona yodada o la clorhexidina; un cepillo de uñas desechable y compresas estériles. Este tipo de jabones líquidos, no sólo contribuyen a la eliminación de la suciedad, sino también a la de las bacterias. Este proceso de higiene se realiza antes y después de cualquier intervención en quirófano, así como antes de cualquier maniobra que requiera alto grado de asepsia.

 Antes de realizar la técnica, debemos cumplir algunas indicaciones como lo son retirar las joyas o tener las uñas naturales, cortas y sin esmalte. Si se diese el caso de tener heridas, el personal debería abstenerse de su participación en la cirugía.

 El procedimiento se explica de la siguiente forma:

1) Apertura del grifo mediante el pedal y regular el flujo.

2) Humedecer manos y antebrazos. Haremos uso de un cepillo para limpiarnos las uñas.

3) Aplicaremos el antiséptico en manos y antebrazos y frotaremos de dentro hacia afuera con movimientos circulares. La dirección siempre será de manos a antebrazos, nunca al revés. 

Primero frotaremos las palmas de las manos entre sí, las entrelazaremos y haremos énfasis en los espacios interdigitales, los pulgares y las uñas. Haremos movimientos rotatorios con las yemas de los dedos en la palma de la mano.

4) Pasados 5 minutos, aclararemos ambos brazos.

5) La fase de secado precisará de una toalla estéril o papel desechable. Cerraremos el grifo con el codo o a través de un pedal.

Tras el lavado quirúrgico, no tocaremos ninguna superficie que no sea estéril. Por ello, mantendremos los brazos por encima de la cintura hasta la colocación de los guantes estériles.

Referencias

Papelmatic

IREN - Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas

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