04 mayo 2023

La cirugía como tratamiento efectivo ante quemaduras

Las quemaduras son lesiones cutáneas y de tejidos adyacentes producidas por diversas causas, entre las que encontramos la exposición solar excesiva, calor, exposición a productos químicos, radiación o incluso electricidad. Dependiendo de características como la profundidad o el tamaño de las mismas, podremos actuar con un tratamiento de curas o con cirugía, con el objetivo de lograr una mejor recuperación y aspecto de las cicatrices resultantes.

Estas lesiones, se clasifican en grados en función del daño que se genere en la piel. Habiendo por tanto, tres niveles: primer, segundo y tercer grado.

Las quemaduras de primer grado suelen ser leves y afectan únicamente a la epidermis, es decir, a la capa externa de la piel. Se manifiestan con enrojecimiento y dolor de la piel. Las quemaduras solares se engloban en este nivel, y suelen tener un periodo de curación de una semana.

Las de segundo grado, tienen un nivel de penetración mayor, ya que afectan a epidermis y dermis. Se pueden observar manchas o hinchazón en la zona, además de ampollas. Estas pueden dejar marcas o cicatrices y además, su dolor es más intenso.

El tercer grado de una quemadura supone el alcance de la capa de grasa subyacente a la piel. Hay gran diversidad de aspectos, tanto en color como en tamaño. Las quemaduras englobadas en este último grado, son las más peligrosas, ya que se asocian a la destrucción de nervios o glándulas sudoríparas y entumecimiento de ciertas zonas.

Como profesional sanitario, deberemos controlar rigurosamente pacientes con quemaduras de mayor grado, puesto que son los más propensos a tener shocks. Cualquier tipo de quemadura, ya sea de primer, segundo o tercer grado, puede estar expuesta a infecciones, por lo que aplicaremos determinadas pomadas o antibióticos. Si son quemaduras graves, optaremos por tratamientos como reemplazar la piel y aportar líquidos, entre otros. A partir del segundo nivel, se necesitarán injertos de piel. 

Existen diferentes tratamientos en función de la gravedad. Algunos cubren la zona con vendas esterilizadas y antibióticos de aplicación tópica. En quemaduras más graves, sin embargo, se suelen emplear los injertos de piel e implican, por consiguiente, una recuperación tanto física como psicológica.

Hablando de intervención quirúrgica, hay algunos casos en los que quemaduras de alto nivel van a necesitar injertos de piel y una técnica conocida como desbridamiento. Esta intervención se llevará a cabo los primeros días de la quemadura y consiste en retirar, quirúrgica, mecánica o químicamente, tejidos dañados con el fin de promover el proceso de curación.

Los injertos cutáneos son secciones tomadas de una zona sana de la piel y que se encargarán de cubrir la zona de la quemadura. Los colgajos, en cambio, se caracterizan por estar vascularizados y se utilizan para quemaduras de gran calibre y profundidad que dejan descubiertos tendones o vasos, por ejemplo. Ambas se realizan bajo efectos de anestesia general y se extraen dos capas del piel dentro del mismo segmento, dermis y epidermis, aunque depende de la gravedad de la herida. El sitio donante es la zona de donde se toma la piel sana, y el instrumento quirúrgico empleado se conoce como dermátomo.

Referencias

Clínica Mayo

MedlinePlus - Quemaduras

NIH - National Institute of General Medical Sciences

Hospital Universitario Ntra. Sra. del Rosario

MedlinePlus - Injerto de piel

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