A pesar de que a lo largo de los últimos años haya habido una notable mejora en las técnicas quirúrgicas, los materiales, la tecnología o la aparición de nuevos fármacos; es cierto que sigue habiendo riesgos en las intervenciones. Esto puede suponer elevados niveles de estrés y ansiedad para el paciente que se somete a la cirugía, pudiendo repercutir de manera negativa en su recuperación. Por ello, como profesionales de Enfermería, debemos hacer que el paciente quirúrgico se sienta lo más cómodo posible, además de supervisar su estado psicológico, abarcando emociones como el miedo.
La Psicología de la Salud es un área de gran importancia para aquellos pacientes que entran a las salas de operaciones. Hay estudios que demuestran que las técnicas psicológicas tienen cierto beneficio en el afrontamiento de la enfermedad y en su posterior recuperación.
Muchos pacientes pueden haber tenido experiencias traumáticas en los hospitales, como es el caso de la muerte de algún familiar. Como consecuencia, interpretan el hospital o el quirófano como amenazas, generando en ellos rechazo, miedo, estrés o ansiedad, entre otros. Por otro lado, habrá pacientes que no hayan tenido experiencias previas, por lo que pasar por quirófano supondrá una situación de incertidumbre. Por ello, es de vital importancia enseñarle a manejar estas emociones negativas mediante un plan prequirúrgico, que convierta esas debilidades en fortalezas.
El equipo quirúrgico, en momentos previos a la cirugía, debe estar predispuesto para cualquier necesidad del paciente, con el objetivo de provocar el menor trauma psicológico y físico posible. Esta preparación incluye factores generales como la preparación psicológica. El segundo aspecto, está enfocado en el procedimiento, teniendo en cuenta la organización del entorno.
Hoy en día, podemos encontrarnos un amplio abanico de terapias psicológicas que ayuden a minimizar los niveles de ansiedad y estrés que puede llegar a experimentar nuestro paciente. Independientemente del tipo de cirugía, podemos barajar alternativas conductuales y no sólo farmacológicas cuya finalidad es la de controlar la posible sintomatología y efectos secundarios que puedan asociarse a este tipo de situaciones, así como la tolerancia al dolor.
Como sanitarios, podemos aplicar técnicas psicológicas como lo son 1) Técnicas cognitivas: evitan pensamientos intrusivos y se centran en el componente cognitivo. Siendo las más comunes la imaginación guiada, la hipnosis, la distracción o el apoyo psicológico. 2) Técnicas conductuales: se basa en el aprendizaje de su comportamiento. Las más aplicadas son el modelamiento o la relajación. 3) Técnicas informativas: explican el procedimiento mediante folletos, vídeos, infografías...
La intervención quirúrgica debe estar preparada para manejar el impacto de emociones negativas en el paciente. Por ello, días anteriores a la cirugía, alguna enfermera o incluso el propio cirujano, posibilitará un espacio psicoterapéutico en el que el paciente pueda exponer sus miedos y expectativas en cuanto a la intervención.
La siguiente gráfica refleja una comparación entre los niveles de cortisol plasmático en estado basal y momentos antes de que el paciente se someta a la cirugía, pudiendo entenderse estos como los niveles de estrés. Las columnas verdes, en algunos casos, incluso doblan al estado basal. Aplicando algunas técnicas psicológicas, podríamos ver como el cortisol plasmático prequirúrgico descendería.
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