Una fractura de carpo en un niño puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. Si la fractura no se inmoviliza correctamente, el hueso puede sanar en una posición incorrecta, lo que puede afectar la capacidad del niño para realizar actividades cotidianas, como escribir o abotonar una camisa. Además, si la fractura involucra la placa epifisiaria, que es el cartílago de crecimiento en los extremos del hueso, puede afectar el crecimiento normal del hueso. Si la fractura es grave, puede requerir cirugía para corregir la posición del hueso y evitar daños permanentes.
Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una fractura de carpo en un niño. El pediatra puede realizar una evaluación y determinar si se necesita una radiografía para confirmar la fractura. Si se confirma la fractura, el tratamiento puede incluir la inmovilización del hueso con un yeso o una férula. En algunos casos, se puede requerir cirugía para corregir la posición del hueso.
En resumen, no tratar adecuadamente una fractura de carpo en un niño puede tener consecuencias graves, incluyendo la afectación del crecimiento normal del hueso y la limitación de la capacidad del niño para realizar actividades cotidianas. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una fractura y seguir las recomendaciones del médico para el tratamiento adecuado.
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